HIPSÍPILA Y SU TRÁGICA HISTORIA EN LA OBRA DE EURÍPIDES
Hipsípila es una de esas obras que toma a una mujer fuerte y empoderada como protagonista, en un mundo donde los hombres pasan a un segundo plano.
Eurípides (480 a.C. – 406 a.C.) fue uno de los dramaturgos más importantes en la antigüedad. Se considera que escribió cerca de una centena de obras, pero solo se han conservado menos de veinte.
Entre su producción teatral destacan algunas obras en particular como es el caso de “Hipsípila”, una tragedia griega fiel a su estilo.
De hecho Eurípides casi siempre toma como referencia la mitología griega para componer sus historias y en este caso, considera varias narraciones mitológicas para armar su obra:
La matanza de todos los hombres en la isla de Lemnos.
La aventura de Jasón y los Argonautas.
La expedición de los Siete contra la ciudad de Tebas.
La fundación de los Juegos Nemeos.
Resulta importante indicar que la obra Hipsípila no ha llegado completa a nuestra época. Se han compilado fragmentos, los cuales se han ordenado como piezas de un rompecabezas incompleto.
No obstante, con las partes que se tienen se logra recomponer el argumento general desarrollado por Eurípides.
Hipsípila y el mito de la isla de Lemnos
Los antiguos helenos contaban que la diosa Afrodita se encolerizó contra las mujeres de la isla de Lemnos. ¿La razón? Estas féminas habían descuidado sus santuarios.
Por eso, la Diosa tramó una peculiar venganza: maldijo a todas las mujeres de la isla con un severo caso de halitosis (mal aliento) que espantaba a todos los hombres.
Como resultado las mujeres de Lemnos no lograban tener esposos ni hijos y hombres preferían casarse con las esclavas traídas de otros lugares, ya que no soportaban el terrible y fétido aliento de las damas de la isla.
Semejante circunstancia desencadenó la rabia de las mujeres, que se desquitaron asesinando a todos los hombres de la isla de Lemnos.
Tan solo una mujer no se animó a cometer semejante acto de sangre, Hipsípila, la princesa de la isla, que oculta a su padre, el Rey Toante, para salvarlo de la matanza.
Una vez consumados los asesinatos, Lemnos pasó a ser una isla habitada solo por mujeres. Así pasaron algunos años, hasta que un navío llegó a sus costas: era la nave de Jasón y los argonautas.
Para entonces, la maldición de Afrodita había cesado y los hombres pudieron tener relaciones con las mujeres de la isla. Es así como Hipsípila queda embarazada de Jasón.
El protagonismo femenino
Todo lo antes descrito es el marco de referencia del texto dramático de Eurípides, aunque la obra es más extensa y cuenta con varios actos.
Fue puesta por primera vez en escena en el año 407 a.C. aunque rara vez es incluida entre las obras editadas e impresas de Eurípides, ya que al estar incompleta los compiladores prefieren descartarla.
De lo que se ha rescatado de esta obra se obtiene el perfil de un interesante personaje femenino: en primera, es una reina. La regente de una isla castigada por la furia de otra entidad femenina, una diosa: Afrodita.
Además, Hipsípila no se deja arrebatar por la venganza que lleva a matar a todos los hombres. No obstante, no perdona a un esposo o a un amante: perdona a su padre.
Vale la pena mencionar que la historia narrada por Eurípides desarrolla el perfil psicológico de Hipsípila. ¿Quién es ella? ¿Por qué salvó a su padre? Es una mujer diferente, que no se deja llevar por el odio hacia el hombre en momentos de desesperación.
El destino trágico de Hipsípila
En la mitología griega hay muchas referencias al poder del matriarcado. Tal es el caso del mito de las Amazonas o de la diosa Era.
Un universo donde afloran interesantes personajes femeninos, pero todos ellos con un mismo rasgo común: su trágica historia.
Después de que los argonautas llegasen a Lemnos, y que Hipsípila queda embarazada de Jason, se corre el rumor que la reina ha salvado a su padre.
Por ello las mujeres de la isla furiosas la obligan a huir, llevando consigo a los dos mellizos fruto de su relación con Jasón: Euneo y Nebrófono.
Curiosamente, la ya reina Hipsípila y sus hijos terminan como esclavos al huir de la isla. En Nemea es usada como niñera (destinada a cuidar al hijo del rey de Nemea), pero falla en su labor y el niño es atacado por una serpiente.
Vemos como en Hipsípila está el drama de la mujer que le toca liderar un matriarcado en Lemnos, pero al no poder hacerlo cae en la tragedia.
Ese es el perfil que retrata Eurípides, el de la fémina que de algún modo está relacionada al mundo masculino: salva a su padre, se enamora de Jason, luego es la niñera de un pequeño al que no puede mantener con vida.
Un personaje trágico retratado en los diálogos inmortales de uno de los mejores dramaturgos de la Grecia antigua: Eurípides.