MARTÍN DE LEÓN, UNA LEYENDA DEL TANGO.

ENTREVISTAS 10 de mayo de 2020 Por Gustavo Coletti
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                Martín de León es un caso atípico en Argentina. Es quizás el cantante de tangos más escuchado y admirado en el mundo con sus permanentes giras, su poderosa voz de tenor, sus interpretaciones cargadas de sentimiento, pero casi no actúa en su país. Exiliado hace 45 años por la dictadura se radicó en Estados Unidos (hoy vive en Las Vegas), desde donde comenzó una gira permanente e incansable que lo llevó a recorrer el mundo y lograr un reconocimiento que solo adquieren los grandes. Como voz del gran espectáculo que es “Forever Tango” o como solista tiene fans en todos lados, desde Japón a Europa y desde Canadá a Latinoamérica. Últimamente ha logrado éxitos enormes en Ecuador y Colombia. De León  canta un tango para entendidos.

                Lo conocí en Miami hace más de 20 años, en una tarde mientras él ensayaba en el restaurante de Jorge Porcel. Es imposible no impresionarse escuchando su voz tan poderosa cargada de sentimientos, y a pesar de los años transcurridos, hoy me sigue impresionando de la misma manera. Podría decir que no ha perdido nada con los años y que ha ganado puntos en la interpretación. Si tuviera que buscar una raíz tanguera de su estilo, quizás encuentre algo en como lo hacía Rubén Juárez.

                Conocí otras facetas artísticas de Martín.  Como actor, tuve la oportunidad de dirigirlo en “Dioses”, una película que le ganó una nominación a mejor actor en Londres, como pintor de una meticulosidad extrema, y tengo la suerte de conocer su calidad humana como amigo. Esta pequeña charla a modo de reportaje servirá para conocerlo mejor.

¿A que edad empezaste a cantar?

-          A la misma edad en que empecé a hablar.

¿Cuántos años hace que te fuiste de Argentina?

-          De Argentina salí en octubre de 1975, y los años de dictadura los sufrí en el exilio. Por cantar lo que cantaba estuve desaparecido dos meses y me blanquearon porque de verdad yo era un “perejil”. Ya después de eso se hizo todo para que saliera del país.

¿Qué géneros te gustaron cantar?

-          Yo comencé con el folklore. Mi primer padrino fue el conocido Miguel Saravia, sobrino de los “chalchas”. El primer show grande que hice fue en el Town Hall de New York con Los Chalchaleros y Luis Landriscina, imaginate. Y después con cada conjunto que venía de Argentina. Trabajé muchísimo con flokloristas. Con Los Quilla Huasi, Los Tucu Tucu, Los Cantores del Alba, el Chango Nieto, Horacio Guaraní. No me quiero olvidar de nadie. Con Jorge Cafrune. Yo fui bailarín de folklore aunque te parezca mentira. En una peña que se llamaba Sumalao, es un nombre árabe, y el padrino de nuestra peña en Monte Hermoso era Jorge Cafrune. Nos volvimos a encontrar en Nueva York. Le dije “Hola Jorge como estás”. Me dijo “Hola chango”. Le recordé “Me tuviste sentado en la rodilla y te gustaba como zapateba” y prácticamente se largó a llorar. Fue una cosa muy emotiva.

¿Qué artistas admirás?

-          Los artistas que admiro son muchos, sobre todo los que te dicen la verdad, los que no esconden, los que se animan. Por eso el haber trabajado con ellos me anima y me ayuda a seguir. Alberto Cortez, Victor Heredia, Serrat. Trabajé con Victor Heredia y Cesar Isella,

¿Crees en el compromiso del artista con la realidad social y política?

-          Y si creo en el compromiso del artista con la realidad social. Tiene que ser. No me gustan los blanditos. No me gustan los que dicen yo de política no, soy apolítico. Nadie es apolítico, nadie. Eso me enoja mucho, la verdad que me enoja mucho y me ha distanciado de muchos compañeros que hacen lo mismo de subirse a un escenario, pero no son compañeros reales.

¿Qué lugares del mundo te permitió conocer tu carrera?

-          La verdad es que con Forever Tango conocí lugares que jamás hubiera conocido. Lugares que me impactaron como Japón, China, Taiwan, Grecia, me enamoré de Portugal. Hace un par de años estuve en Andorra. Conocí todo Canadá que es hermoso. A Estados Unidos ya lo conocía de P a Pa. Mi primer gira fue con el Center of the Performing Arts en el año 77. Experiencia maravillosa.

¿En tu evolución como ser humano y como artista, que diferencia al Martín del comienzo con el Martín de hoy?

-          Mis diferencias entre el Martín que era con el Martín que soy, están en la valentía que he ido ganando con mis palabras. Siempre fui un hacedor de temas nuevo y demás, y eso me alejó un poco de las luces que nunca me volvieron loco, y no sé, quizás tenga, obviamente un poquito más de madurez en el escenario, pero me animo más, mucho

¿Qué cosas te preocupan más?

-          Me preocupa la juventud, me preocupa el mundo que le vamos a dejar a los jóvenes.

¿Qué te hace feliz?

-           Me hace feliz verle la cara a un niño, por ejemplo a esta nieta maravillosa que Dios nos ha dado a mi esposa y a mi. Me hace feliz estar con ellos. Me hace feliz el grupo de gente que me escucha, no el que me aplaude.

¿Cómo ves el futuro?

-           Y no soy de pensar mucho en el futuro porque me llena de preocupaciones. Este es un momento histórico planeado, que es lo que más bronca me da, y no se, el futuro es muy incierto