Autora checa Radka Denemarková habla sobre Kundera y el patriarcado en la escena literaria checa

ENTREVISTAS 20 de julio de 2020 Por Filip Noubel Traducido por Marta Capu
Denemarková cree que la sociedad checa no ha empezado a enfrentar su pasado anterior a 1989.

Em junio de 2020, República Checa se vio sacudida por un escándalo literario que pronto adquirió tintes políticos: el autor checo Jan Novák publicó la primera biografía checa de Milan Kundera, autor checo-francés que goza de gran popularidad en todo el mundo pero que suele estar mal visto en su tierra natal, República Checa.

Las 900 páginas del libro cubren los años checoslovacos de la vida de Kundera antes de su exilio en Francia en 1975; describe sus primeros años de carrera literaria, incluido su pleno apoyo a la ideología estalinista, muchos de sus encuentros sexuales y su presunta colaboración con Seguridad del Estado checoslovaco. El libro ha causado sensación, aunque la reacción en los medios tradicionales y sociales ha sido mixta, por no decir otra cosa.

Para comprender los numerosos aspectos del debate, Global Voices habló con Radka Denemarková, una de las escritoras checas contemporáneas más premiadas, que también es crítica literaria y traductora de alemán. La entrevista se editó por razones de brevedad.

Filip Noubel (FN): ¿El escándalo en torno a la presunta colaboración de Kundera con Seguridad del Estado checoslovaco es una señal de que la sociedad checa no ha hecho las paces con el proceso de purga política que llevó a la eliminación de funcionarios gubernamentales de la era comunista?  


Radka Denemarková (RD): La sociedad checa no ha comenzado a enfrentar su pasado anterior a 1989 [fin del comunismo, conocido también como Revolución de Terciopelo]. Por eso, el libro de este año sobre Kundera no es un paso en esa dirección. Por el contrario, lo que está en juego aquí es la polaridad de los autores y las víctimas. Cuando por fin nuestra sociedad se organice, entonces por fin tendremos libros sobre la gente que entendió a Kundera y otros en las situaciones que vemos actualmente.

Este libro es el producto de un artesano calificado, pero no se trata de Kundera, sino de Novák. Cada página huele a un exagerado sentido del ego y a un incesante sadismo. Como escribió Jiří Kolář [influyente autor checo que tomó partido por Havel y otros disidentes] es un ejemplo de una “terrible falta de cultura, que encubre el libro como una niebla impenetrable”. Lo que falta en este libro es la esencia de Kundera, su ironía y su sensibilidad por el arte de la novela europea.

Un texto así solo puede publicarse como fascículos en alguna publicación de prensa amarilla, donde pertenecen; poco tienen que ver con la literatura y menos aún con la verdad. El libro en sí mismo es una expresión de la mentalidad pueblerina de hoy en día; es una trampa publicitaria, un producto desarrollado profesionalmente. Su lenguaje y tono pertenecen a los fiscales del estado y recuerda la década de 1950 [el periodo de los juicios amañados de Stalin], por la que el autor culpa a Kundera.

Estamos a la espera de un libro sobre Kundera escrito por una mujer joven, sensible, educada e inteligente, ya que el mundo de Kundera se basa en valores patriarcales, con los que Novák no se puede identificar ya que también su vida se basa en esos valores.
FN: ¿Por qué Kundera es tan impopular en República Checa?   

RD: Porque es popular en el extranjero y no necesita a República Checa en absoluto. La mentalidad checa es profundamente provinciana, llena de envidia y reconoce solo a las celebridades locales; pero, cuidado, todo es mucho más complicado: Kundera es francés por su elitismo y elección de idioma. No quiere tener nada en común con República Checa, para que no salga a la luz la verdad sobre lo que hizo antes de 1989; no quiere eso porque ya ha contado otra historia sobre su vida.

Sin embargo, Kundera es paradójicamente honesto, uniforme y coherente, trata su vida de la misma manera que trata su obra, porque cuando se trata de considerar los resultados de la vida, el autor solo puede confiar en sus obras. Y lo que fue inmaduro, lo que fue un fracaso, no pertenece a las obras. Al mismo tiempo, pertenece a una generación a la que no le gusta recordar que en 1968 [el año de la invasión soviética en Checoslovaquía] se enviaron tanques contra los antiguos miembros del partido comunista, muchos de los cuales ayudaron a Stalin a ahorcar a sus oponentes en la década de 1950. Kundera tal vez no quería tener nada en común con República Checa, por lo que lamentablemente no tomó una posición sobre su papel durante la era comunista; pero cualquiera que alguna vez sea sospechoso de haber ayudado a un régimen que mató a muchas personas debe responder por sus acciones. De lo contrario, insultaríamos a los muertos. Sin embargo, no es Günter Grass, que habló de sus acciones problemáticas hechas en su juventud durante la época nazi en el libro “Beim Häuten der Zwiebel” (Pelando la cebolla). A diferencia de Grass, Kundera nunca tuvo un sentido tan agudo de lo político, nunca se presentó como una autoridad moral.

Sin embargo, el caso de Kundera abre una tema más amplio, incluso más importante, del que también es una víctima. Por ejemplo, en los juicios por crímenes comunistas se hacen eternos, no se condenó, no se condena y no se condenará a nadie, porque la sociedad se niega a aceptar su parte de culpa.

Los círculos disidentes alrededor de Václav Havel mantuvieron y siguen manteniendo su distancia de Kundera, ya que dijo una vez que no tienen sentido de la realidad. República Checa es una nación de plebeyos alérgicos a cualquier forma de elitismo. Por eso experimentan una forma de alegría por las desgracias ajenas, y siempre encuentran culpables ideales en los personajes públicos mientras que los verdaderos culpables huyen: lo mismo pasa con Kundera. Quienes lo escupen son quienes tienen la ventaja.
FN: ¿Por qué eligió incluir a Kundera como personaje en su novela más reciente “Holdiny z olova” (“Horas de plomo”)?


RD: Para mi, Kundera, como personaje que representa este elitismo, es importante para explicar la mentalidad checa y de Europa Central, a la que pertenece con sus excelentes obras. La ironía es que en 1954, cuando Havel terminó la escuela, trató de entrar en diferentes universidades, incluida la Academia de Cine. La comisión, que revisaba a los candidatos, incluía a Milan Kundera, y Havel no fue aceptado porque su familia no tenía los antecedentes políticos adecuados, ya que el régimen privilegiaba a los trabajadores y agricultores mientras que Havel provenía de una familia burguesa.

Kundera se negó a firmar las peticiones [anticomunistas] y a ser un rebelde. Está en su derecho, por supuesto. Pero Havel le reprochó algo más: que se negó a ver el otro aspecto del activismo disidente, el significado indirecto que tiene durante un largo período. Havel decía que conocía muy bien el escepticismo previo de Kundera con respecto al activismo civil, y [que él pensaba] que no tenía sentido ya que no tenía un efecto inmediato y era solo un intento de los disidentes de quedar bien. Sin embargo, Havel no compartía este escepticismo, sentía que uno debe hacer algo no solo por principio, sino que siempre hay que actuar cuando se detiene injustamente a la gente… Mientras que hoy casi nos burlamos de Havel, sigue siendo una gran inspiración para los disidentes chinos que crearon la Carta 08.

Veo peligros por todas partes: este pretencioso libro sobre Kundera es una distracción de los verdaderos crímenes. Fingimos no ver las caras de los criminales y de los colaborados del régimen antes de 1989. ¿Dónde desaparecieron los miembros de Seguridad del Estado? Aquí nadie fue expulsado de la vida pública por crímenes cometidos bajo el comunismo, como fue el caso, por ejemplo, en Alemania Occidental por los crímenes cometidos durante el nazismo. Después de 1989 esas personas entraron al Parlamento, en los círculos empresariales y uno es el actual primer ministro checo. Ese es nuestro propio problema, que nuestra sociedad tiene miedo de discutir, pero tenemos que comprender profundamente el destino de las personas en el contexto de la historia…..tal como Kundera intenta hacer en sus novelas, sin pisotear ni burlarse de esos destinos humanos. Repito las palabras de Laozi: “Cada persona lleva la oscuridad en la cabeza/y la luz en las manos/aunque haya algo malo en una persona/¿necesitamos avergonzarla?”.