No detengas la mirada en la belleza del incendio
Estoy aquí. Enfrente se encuentra el resto del mundo.
El viento del norte sutura tu verbo a esta casa.
Instala nuestro miedo en la raíz.
Le pone nombre a aquello que por largo tiempo creímos amar.
Piensa en el instante en que supimos que este muro caerá.
Abre la puerta, deja pasar a los perros: que coman de la mesa.
Para que huela la tierra a carnaval o a barricada de una vez.
Para que huela a algo que se deshace y se compone constantemente.
No detengas la mirada en la belleza del incendio.
Abre una fisura.
Rompe el círculo.
Escapa.
Traducción de Miriam Reyes
Estou aquí. En fronte atópase o resto do mundo.
O vento do norte sutura o teu verbo a esta casa.
Instala o noso medo na raíz.
Ponlle nome a aquilo que cremos amar por moito tempo.
Pensa no instante en que soubemos que este muro caerá.
Abre a porta, deixa pasar os cans: que coman da mesa.
Para que cheire a terra a entroido ou barricada dunha vez.
Para que cheire a algo que se desfai e se compón constantemente.
Non deteñas a ollada na beleza do incendio.
Abre unha fisura.
Rompe o círculo.
Escapa.
Tienes la edad de tu piel,
pero la memoria es demasiado vieja para entenderlo.
Repetiré tu nombre cuando seas otro
para evocar
aquello que perdí y amé profundamente.
El lenguaje dura.
Los cuerpos no.
Tes a idade da túa pel,
pero a memoria é vella de máis para entendelo.
Repetirei o teu nome cando sexas outro
para evocar
aquilo que perdín e amei fondamente.
A linguaxe dura.
Os corpos non.
Autobiografía #1
Primer placer
Oí decir que el deseo es una imagen de la infancia.
Entonces mi deseo acontece junto a un río
en un paisaje anegado por las aguas
donde dos muchachos juegan a tirarse por la hierba.
Recuerdo la humedad del lugar.
El olor a resina que brotaba del aliso.
La luz verde que cercaba el pantano.
Amparado en esa luz
el cuerpo del muchacho apretado contra tierra
el mío por encima cayéndole de lado
hundiendo en las piedras las rodillas.
Si en verdad el deseo es una imagen de la infancia
entonces mi deseo acontece en la herida.
Cómo huir del lugar
donde el placer se estanca y fermenta,
fermenta.
Cómo se vacía la memoria
para ser por fin
un hombre nuevo.
Traducción del autor
Autobiografía #1
Primeiro pracer
Oín dicir que o desexo é unha imaxe da infancia.
Daquela o meu desexo acontece ao pé dun río
nunha paisaxe asolagada polas augas
onde dous rapaces xogan a arrolarse pola herba.
Recordo a humidade do lugar.
O cheiro a resina que manaba dos amieiros.
A luz verde que cerca a braña á tarde.
Amparado nesa luz
o corpo do rapaz apertado contra a terra
o meu por riba caéndolle de lado
aterrando sobre as pedras cos xeonllos.
Se en verdade o desexo é unha imaxe da infancia
daquela o meu desexo acontece na ferida.
Como fuxir do lugar
en que o pracer se estanca e fermenta,
fermenta.
Como se baleira a memoria
para ser por fin
un home novo.
Retablo
No olvidaré el astro en la bóveda,
el oro asomando por detrás de una escala.
No olvidaré el rostro en la mandorla,
el ojo de Dios alumbrando la oscuridad.
Todo acaba. Ni siquiera la noche vive para siempre. ¿Y qué importa?
Permanecerán los restos molestando en la memoria
como un síntoma.
Serán
un impulso vivo por un tiempo, finalmente calmado y oscurecido,
abandonado a su suerte por el cuerpo.
El rostro de Dios transfigurado, brillando por fuera de la mandorla,
pero, ¿qué hay en la mandorla sino el almendra, el vacío?
Es
como arrastrar el oro en riada por la sangre,
como llevar el verbo por dentro de las venas.
Traducción del autor
Retablo
Non esquecerei o astro na bóveda,
o ouro asomando por detrás dunha escada.
Non esquecerei o rostro na mandorla,
o ollo de Deus alumando a escuridade.
Todo acaba. Nin sequera a noite vive para sempre. E que importa?
Permanecerán os restos molestando na memoria
como un síntoma.
Serán
un impulso aceso por un tempo, finalmente acougado e escurecido,
abandonado á súa sorte polo corpo.
O rostro de Deus transfigurado, brillando por fóra da mandorla,
pero que hai na mandorla senón a améndoa, o baleiro?
É
como arrastrar o ouro en riada polo sangue,
como levar o verbo por dentro das veas.
La vida salvaje
Por alguna razón, supe que las palabras
acabarían borrando la experiencia
cuando el poema llegara.
Pero yo
encontré el camino de regreso
hasta este encuentro:
me despido del pecado.
Mis pies pisan la tierra,
acogen su tacto como si tocaran el mundo
y aquello que es salvaje dispone su orden
al tiempo que la memoria se desvanece en la textura.
El desconocido dice:
—Hay un cierre entre la vida
y la vida de los demás
que estalla en un encuentro.
No se puede escribir ese suceso con palabras prestadas.
Cuando la experiencia se impone, claudica su sentido.
Entonces tuvo que elegir
entre la palabra y la vida.
Elegí la vida.
Le pedí al mundo que me abriera
su rostro salvaje.
Traducción del autor
A vida salvaxe
Por algunha razón, souben que as palabras
acabarían borrando a experiencia
cando o poema chegase.
Pero eu
atopei o camiño de regreso
ata este encontro:
despídome do pecado.
Os meus pés pisan a terra,
acollen o seu tacto como se tocasen o mundo
e aquilo que é salvaxe dispón a súa orde
ao tempo que a memoria esvaece na textura.
O descoñecido di:
—Hai un peche entre a vida
e a vida dos demais
que estoura nun encontro.
Non se pode escribir ese suceso con palabras prestadas.
Cando a experiencia se impón, claudica o seu sentido.
Daquela tiven que escoller
entre a palabra e a vida.
Escollín a vida.
Pedinlle ao mundo que me abrise
o seu rostro salvaxe.
Gonzalo Hermo / Rianxo, Galicia, 1987. Es doctor en Filología Gallega por la Universidad de Santiago de Compostela. Ha publicado tres libros de poesía en gallego: Crac (2011), Celebración (2014) y A vida salvaxe (2018). También es autor de la novela Diario dun enterro (2018), Premio Repsol de Narrativa. Por su obra poética, ha recibido, entre otros, el Premio de la Crítica Gallega (2015), el Premio de Poesía Afundación del Pen Club Galicia (2018) y el Premio Nacional de Literatura en la modalidad de Poesía Joven «Miguel Hernández» (2015). Ha traducido poetas gallegos contemporáneos al castellano y al catalán, como Chus Pato, Pilar Pallarés o Francisco Cortegoso.