DEL POETA CUBANO VICTOR RODRIGUEZ NUÑEZ

ARTE Y CULTURA - POESIA06 de agosto de 2021
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Donde los elementos nunca ofenden
de Víctor Rodríguez Núñez | Inéditos[es torpe la belleza como dios]

en tu nombre doy pan a las palomas
el viejo que juega con su velero
no me va a dispensar este alboroto
aprovecha y vuela el patinador
con los brazos atados a la espalda
como françois villon rumbo al patíbulo

el polvo del jardin des tuileries
la asfixia de mi madre todo es bello
aunque saliera el sol
para la ruina del romanticismo
y vaciaran las entrañas del invernadero
con un truco realista

la luz no puede borrar la tristeza
y todos se fotografían en un recodo
aunque la lluvia lo desordenara
lo hiciera sentimiento
nadie quiere plantarlo en la memoria
donde los elementos nunca ofenden

el pan mohoso para las palomas
neoclásicas que viven en las urnas
y solo se posan en las estatuas
el pan de los domingos
que las zozobras ganan a los patos
la bolsa de pan duro que no será tojosa

tengo más disciplina que un peral
que cumple su condena
en la luz del jardin du luxembourg
haría un buen trabajo de girasol maduro
cualquier metal donde pulse el verano
una rata almizclera una bayoya

es torpe la belleza como dios
no la puedes soltar en ningún sitio
y menos aquí donde todo rima

el círculo que custodia el otoño
bajo un sol mercurial
de donde cae la primera hoja del vacío

 
[noche pegada al cielo de la boca]

hoy me dejas sin muerte
te perdono porque quieres estar
dentro de la palabra columbario
las madres que se niegan a morir te rodean
es una multitud pero se funden
y solo quedan seis en la marmita

se ponen a cantar con un hilo de fuego
que duplica la plata de los tigres
hay que ajustar cuentas con la alquimista
la briosa segadora universal
una madre no es trigo ni maíz
¿quién le da entonces el pecho al vacío?

ya sabes que me escondo belleza sin aliento
donde mi madre no me pueda ver
reflejado en su ojo de cristal
en este ballet ruso de parís
donde todo hace puntas
                                           y nada está de duelo

es triste ser un hijo si no hay madre
en su sillón erguida como esfinge
si fuera un hecho y con positivismo
un día despertaras sin la muerte
todo se trenzaría de una forma
en que no hubiera que contar cocuyos

¿de quién es esa voz
que promete esperarme en una isla?
el sueño habla en su nombre
alma frita en aceite de bodega
noche pegada al cielo de la boca
sin saber qué hacer con el corazón

¿san lázaro no te va a proteger?
¿esas aguas benditas que se pudren
en las botellas de ciego montero?
¿serán solo mis lágrimas
de tenerte muy lejos junto a mí?
¿este poema huérfano de fondo?

 
[el café se atempera con los gritos]

en el café danton arrinconado
por la obscura certeza
de que este instante nunca va a pasar
escribo en el cristal que deja verlo todo
con su lluvia interior
sus razones empolvadas de azúcar

cuando se puede un café vienés
y mejor aun cuando no se puede
fuerte como mesera que sabe hacer las cosas
y no se mueve en vano
bajas la guardia frente al capital
dejas de consumir menos empleo

la mesa de café donde el espacio
se disuelve como un terrón de luz
y el viento trae babas de león
aunque se enrede al cabo con las torres
ojalá vuelva a caer una pluma
una miga de pan una caricia

con el alma caliente
veo pasar tres veces la cordura
con sus nalgas azules en cadencia
sus pechos cruzados por el delirio
también a los absortos en política
que dejarían la muerte para un sábado

el café se atempera con los gritos
lejísimos de nada tropicales
se pierde más de un euro de silencio
pasan ruidos en llamas
la taza rechina como rueda de carreta
que se ha parado en firme

y miro a ver quién soy
aquí lo que no importa es el café
un no sé qué que evoca no sé cómo
sino ponerse a salvo de ese viento
que hace girar los versos desmadrados
y te los echa en cara

 
 
* Estos poemas pertenecen al libro inédito parís es una madre que agoniza.

 
Víctor Rodríguez Núñez / La Habana, Cuba, 1955. Poeta, periodista, crítico, traductor y catedrático. Ha publicado dieciséis libros de poesía, entre los más recientes: despegue (Premio Fundación Loewe, Visor, 2016), el cuaderno de la rata almizclera (Buenos Aires Poetry, 2017) y enseguida [o la gota de sangre en el nivel] (RIL-Ærea, 2018). Su obra ha sido traducida a más de diez idiomas. Durante la década de 1980 fue redactor y jefe de redacción de la prestigiosa revista cultural cubana El caimán barbudo.

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