Miró, una colección
La selección incluye 35 pinturas al óleo sobre diferentes soportes, dos dibujos y dos acuarelas con tinta china. Aunque en su mayoría se trata de piezas de las últimas décadas, hay también pinturas de diferentes períodos y con distintos motivos: constelaciones, mujeres, pájaros, estrellas, cabezas y otro tipo de personajes. De esta manera se puede ver cómo Miró retoma continuamente los mismos temas, reinventándolos y dándoles una nueva vitalidad.
Quizá lo que más caracteriza esta colección es que, si bien por un lado presenta las últimas décadas en su trayectoria –un período más desconocido y que solo recientemente ha comenzado a recibir la atención de la crítica–, por otro expone casi todos los temas que interesaron al artista desde sus inicios. Muchas veces se trata de una especie de reencuentro con ellos, lo que permite otorgarles un sentido más pleno.
Las otras siete obras que se muestran, procedentes de colecciones públicas y privadas, se unen a esta exposición con el fin de contextualizar su proceso creativo y aproximar su figura y obra al público de una forma más didáctica. Para ello se ha creado un espacio para la escultura de bronce Tête de Femme, de 1974. La obra final está acompañada por todas las piezas que la preceden, como los dibujos preparatorios, el modelo en arcilla pintada, primero, y los modelos en yeso, después. De esta forma el visitante tiene la ocasión de acompañar al artista a lo largo de su proceso creativo.